Menuda putada
Estar seguro de algo es difícil. En mi caso, es casi imposible. He sido (y soy) un indeciso. A veces (las menos) elijo. Los resultados de mis elecciones siempre son parciales. Suelo acertar a medias. Y a medias fallo. Lo que me lleva de vuelta al punto de partida. A preguntarme si habré hecho lo correcto o si, por contra, lo mejor hubiera sido (para variar) quedarse quietecito. Otras veces (menos todavía) creo estar completamente seguro de algo. Y entonces es cuando me llevo el mazazo. Porque me lo llevo, que nadie lo dude.
Tengo cierta querencia a dar mortales hacia atrás sobre una cuerda floja y sin red. No sé si es por confiar mucho en mis posibilidades o por no confiar en absoluto. Es posible que hacer equilibrios en el vacio sea una solución para no preocuparse por como va acabar la pirueta. Me estrellaré contra el suelo, y éste será el que tome las decisiones por mi (será el golpe el que acabe conmigo, no yo).
Me fío de las personas. Lo que casi siempre (para el que todavía no lo sepa) resulta peligroso. Creo en las palabras de los demás. Y debido a eso, olvido que las palabras no son nada. Que pierden su significado instantes después de haber ascendido por la garganta para acabar muriendo en medio de un espacio muerto, innecesario (el que nos separa a los unos de los otros). Creemos estar rodeados por otros seres como nosotros, cuando la verdad es que lo único que nos rodea es el aire vacío (viciado por la exalación de miles de alientos, igualmente vacíos).
Y entonces pasa. Rozas algo que vale la pena. Y se desvanece. Y digo para mis adentros, "menuda putada". Y vuelves a estar donde estabas, y repito para mis adentros "que putada". Si alguien se pregunta que coño trato de decir con todo esto, mi respuesta es que no tengo ni las más remota idea. Ya os lo he dicho en otras ocasiones, como queréis que yo sepa lo que digo. Una putada, no?
Tengo cierta querencia a dar mortales hacia atrás sobre una cuerda floja y sin red. No sé si es por confiar mucho en mis posibilidades o por no confiar en absoluto. Es posible que hacer equilibrios en el vacio sea una solución para no preocuparse por como va acabar la pirueta. Me estrellaré contra el suelo, y éste será el que tome las decisiones por mi (será el golpe el que acabe conmigo, no yo).
Me fío de las personas. Lo que casi siempre (para el que todavía no lo sepa) resulta peligroso. Creo en las palabras de los demás. Y debido a eso, olvido que las palabras no son nada. Que pierden su significado instantes después de haber ascendido por la garganta para acabar muriendo en medio de un espacio muerto, innecesario (el que nos separa a los unos de los otros). Creemos estar rodeados por otros seres como nosotros, cuando la verdad es que lo único que nos rodea es el aire vacío (viciado por la exalación de miles de alientos, igualmente vacíos).
Y entonces pasa. Rozas algo que vale la pena. Y se desvanece. Y digo para mis adentros, "menuda putada". Y vuelves a estar donde estabas, y repito para mis adentros "que putada". Si alguien se pregunta que coño trato de decir con todo esto, mi respuesta es que no tengo ni las más remota idea. Ya os lo he dicho en otras ocasiones, como queréis que yo sepa lo que digo. Una putada, no?
1 comentario
kubelick -
Cada vez me gusta más como escribes.